La convivencia pacífica se basa en el respeto mutuo y la tolerancia. Trata a tus vecinos como quisieras ser tratado, respetando sus horarios de descanso, su privacidad y sus espacios personales. La Ley 675 de 2001 enfatiza la importancia de la dignidad humana en las relaciones de copropiedad.
Así mismo, se debe siempre establecer la convivencia pacífica y propender por actos de solidaridad social hacia los otros residentes y/o propietarios del bien inmueble.